¿CUÁL ES NUESTRO CAMINO?
Ni la
teología de la liberación, ni el catolicismo, ni mucho menos la religión
carismática, comunista o anarquista son la respuesta del hombre a sus
inquietudes sino es Jesucristo y el sencillo y poderoso evangelio la semilla
que necesita ser sembrada en los corazones preparados. En Jesucristo el pueblo
no será vencido sino será más que vencedor aunque haya tribulaciones, hambre o
desnudez. No podemos continuar siguiendo esos ejemplos de aquellos que
convencen a las masas bajo las teorías del humanismo, aquellos que en su
politiquería se hacen llamar combatientes cuando han matada cientos de
personas. Mas no debemos pensarnos solo como colectividad, como pueblo, sino
individualmente porque delante de Dios no respondemos en grupo sino
personalmente. Sigue el Camino, sigue a Jesucristo.
Nosotros
solo debemos buscar agradar a Dios. No perdamos el enfoque buscando agradar a
las masas, no nos desviemos al agradar a los hombres antes que a Dios, sino
seamos fieles a Dios, fieles a su Palabra más que a ideologías vanas, creadas
por mentes cautivas por las huestes de maldades.
En
Colombia muchos en su confusión pero en su buena intención conformaron
guerrillas pensando que la raíz de la maldad, el pecado, seria erradicado por
un gobierno terrenal. Sus ideales fueron tergiversación de la Palabra de Dios,
porque aunque se preocupan por el bienestar de los pobres se hacen dioses al
juzgar a los demás, excluyéndolos, olvidándose de Dios, de su gracia y de su
amor.
“…El que de vosotros esté sin pecado sea el primero en arrojar
la piedra...” (Juan 8: 7(RVR1960))
La
piedra que arrojan aquellos que llaman “capuchos” refleja arrogancia en sus
corazones más que compasión o amor por los demás. No podemos obligar a alguien
a vincularse en alguna religión, partido político o credo, porque esto es
terrorismo, anarquismo y rebelión primeramente contra Dios.
Jesucristo
no vino a enseñarnos simplemente a hacer buenas obras, ni a que lucháramos por
los pobres, ni mucho menos a que pusiéramos nuestra esperanza en esta tierra, sino
vino a salvarnos porque Él es Dios. Nosotros no somos los salvadores de este
mundo, por lo tanto nuestra vida debe encaminarse conforme a la Palabra de Dios
y debemos compartirles a los demás que no son las filosofías ni las ideologías
ni el dinero lo que necesitan sino lo que en verdad necesita este mundo es conocer
a Dios, su gracia y su perdón.
“Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no
de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe.”
Efesios
2: 8-9 (RVR 1960)
No nos
desesperemos, nos preocupemos por nada en este mundo, sino descansemos en el
Señor. Si buscamos agradarle, entonces ¿Qué importa el resto?
“Nadie puede servir a dos señores; porque o aborrecerá a uno y
amará al otro, o se apegará a uno y despreciará al otro. No podéis servir a
Dios y a las riquezas.” Mateo 6: 24 (LBLA)