JUVENTUD MÁS QUE VENCEDORA

No dejemos cuartos en nuestro corazón que no entreguemos a Cristo, sino cedamos absolutamente todo a quien es Dueño de Todo, porque a Cristo le pertenece nuestra vida, pero debemos darle en una decisión radical toda nuestra existencia.   “Entonces Jesús les dijo a sus discípulos: —Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame.” Mateo 16: 24 (RVA-2015)   Vivir en pos de Cristo significa vivir en confianza plena para Cristo, entregarle absolutamente todo a Él, nuestro vivir sobre esta tierra y la venidera, nuestros sueños, anhelos, pensamientos, fuerzas, dinero, cuerpo, alma, espíritu, amigos, negocios, todo, y es lo mejor que podemos hacer, darle todo sin reservarnos nada, porque no es loco quien en verdad vive para servir a Dios, sino es un total cuerdo, una persona sabia porque teme a Dios en absoluta reverencia ya que ha comprendido que vivir es Cristo.  

Un soldado se debe preparar bien antes de ir a la guerra, no solo se prepara en el uso de las armas sino en estrategias y otras habilidades necesarias para ganar una guerra.   “Tú, pues, sufre penalidades como buen soldado de Jesucristo. Ninguno que milita se enreda en los negocios de la vida, a fin de agradar a aquel que lo tomó por soldado. Y también el que lucha como atleta, no es coronado si no lucha legítimamente. El labrador, para participar de los frutos, debe trabajar primero. Considera lo que digo, y el Señor te dé entendimiento en todo.” 2 Timoteo 2: 3-7 (RVR 1960)   Luchar constantemente como atleta es una victoria que trae coronas, por lo tanto no hay que dejar de luchar sino como el agricultor que siembra y riega seguir en la labor que nos corresponde esperando con paciencia el fruto, pero más que buscar el fruto aprender a gozarnos en trabajar para aquel que nos amó de tal manera que entregó su vida por nosotros.  

“No te impacientes a causa de los malignos, ni tengas envidia de los que hacen iniquidad. Porque como hierba serán pronto cortados, y como la hierba verde se secarán. Confía en Jehová, y haz el bien; y habitarás en la tierra, y te apacentarás de la verdad. Deléitate asimismo en Jehová, y él te concederá las peticiones de tu corazón.” Salmo 37: 1-4 (RVR 1960)   La paciencia es esperar con gozo mientras se está sirviendo a Dios, es no cansarse de hacer el bien sino seguir haciéndolo aunque estemos cansados, pero no es un don del hombre sino es parte del fruto del Espíritu Santo en la vida del que cree en Jesucristo.   Un fruto no se consigue de un día para otro sino en el proceso de regar, cuidar la planta y que esta se alimente tanto de los nutrientes del suelo como de la energía del sol y aquella planta podría representarnos a nosotros, es decir que se hace necesario que nos alimentemos de los nutrientes del suelo fértil que es la Palabra de Dios y disfrutemos d...